La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha tomado acciones contundentes contra dos incidentes que han generado preocupación tanto en las comunidades locales como en las autoridades ambientales. Estos hechos, ocurridos en Fúquene y Nariño, involucraron actividades ilegales que amenazan los recursos hídricos y los ecosistemas protegidos de la región.
En Fúquene, se detectó la construcción de un pozo profundo en el predio El Santuario, en la vereda Tarabita, sin los permisos ambientales necesarios. Este pozo, cuyo propósito era extraer agua para un cultivo de cebolla de 51.500 metros cuadrados, fue instalado sin cumplir con la normativa establecida para la concesión de recursos hídricos. La comunidad expresó su preocupación por el impacto potencial de esta extracción ilegal de agua sobre el equilibrio del ecosistema local.
Bryan Martínez, director regional de la CAR en Ubaté, destacó la importancia de seguir los trámites correspondientes para obtener los permisos ambientales antes de realizar cualquier actividad agrícola que implique el uso de recursos naturales. Según Martínez, es fundamental que los agricultores gestionen los permisos para garantizar un uso responsable del agua y proteger el medio ambiente. Esta situación subraya la necesidad de respetar las regulaciones ambientales para evitar daños a largo plazo.
Por otro lado, en Nariño, la problemática fue diferente. En la vereda Busca Vidas, se denunció la tala ilegal de aproximadamente 304 árboles en un terreno arrendado a un particular. La intervención se llevó a cabo sin los permisos de aprovechamiento forestal, lo que violó las regulaciones ambientales que protegen los bosques. La tala afectó una superficie de 7.197 metros cuadrados, y los profesionales de la CAR iniciaron una investigación para evaluar los daños y la magnitud del impacto ambiental.
El impacto de esta actividad fue considerable, ya que la intervención afectó zonas reconocidas dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinap) y en el Plan de Ordenación y Manejo de Cuenca Hidrográfica del Río Suárez (Pomca). Durante la inspección técnica realizada por la CAR, se constató que la remoción de árboles alteró tanto la flora como los recursos hídricos de la región, lo que podría tener efectos negativos a largo plazo en la biodiversidad y el equilibrio ecológico.
En respuesta a estos hechos, la CAR ha iniciado procesos sancionatorios contra los responsables, que incluyen multas y la obligación de restaurar los daños causados. Las autoridades ambientales enfatizaron que el cumplimiento de las leyes ambientales es fundamental para el desarrollo sostenible y la protección del patrimonio natural. Además, se ha pedido a la ciudadanía colaborar en el reporte de actividades irregulares para fortalecer la vigilancia ambiental.
La CAR continúa realizando inspecciones y seguimiento en diferentes áreas de Cundinamarca, instando a la comunidad a participar activamente en la protección del medio ambiente. La gestión adecuada de recursos naturales, como el agua para riego y la preservación de áreas forestales, es clave para mantener la biodiversidad y la calidad ambiental en la región. La colaboración ciudadana es esencial para garantizar un futuro sostenible para los ecosistemas de Cundinamarca.
