En medio del proceso de expansión del nuevo modelo de reciclaje puerta a puerta en la localidad de Suba, Alirio Morales, representante de la organización Eco-Ora, aseguró que la acogida por parte de la comunidad ha sido positiva. “La gente ya está entendiendo cómo funciona, nos está esperando los días que pasamos, y cada vez hay más compromiso con la separación adecuada de residuos”, comentó en entrevista con INCI Radio.
Eco-Ora actualmente cubre sectores como La Gaitana, Villamaría, Aures 2, Prado de Santa Bárbara, Carolina, entre otros, y ya prepara su llegada a barrios como Lisboa, Sabana de Tibabuyes y Bilbao. Sin embargo, Morales señaló que las limitaciones de transporte han frenado una expansión más rápida. “Tenemos tres camiones y un motocarguero. Con más apoyo del Distrito podríamos cubrir más zonas en menos tiempo”, explicó.
El reciclaje puerta a puerta se ha consolidado como una alternativa más ordenada frente al uso de contenedores públicos, que según Morales han sido parte del problema. “Los contenedores solo trajeron desorden, escombros y basura desbordada. Nosotros le apostamos a un servicio más humano, que involucre a la comunidad”, afirmó.
Frente a las críticas públicas que ha hecho la concejal Diana Diago, quien ha señalado que el modelo es ineficiente, Morales fue claro: “La invitamos a que conozca de primera mano lo que estamos haciendo. No se puede hablar sin saber. Nosotros estamos trabajando con la comunidad, y tenemos resultados que lo demuestran”.
Eco-Ora también está fortaleciendo el trabajo de sensibilización en iglesias, colegios y espacios comunitarios, para explicar directamente a los ciudadanos cómo separar residuos y qué días deben entregarlos. “Ya pedimos permiso en iglesias para hablar los domingos durante las misas, porque necesitamos llegar a todos”, agregó Morales.
Finalmente, hizo un llamado a las autoridades distritales para que no abandonen a las organizaciones recicladoras: “Ya demostramos que sí somos capaces de prestar este servicio. Necesitamos más herramientas, vehículos y apoyo institucional para seguir creciendo. Este modelo no es un piloto: es el presente y futuro del reciclaje en Bogotá”, concluyó.
