El Gobernador de Cundinamarca, Jorge Rey, reiteró su compromiso con un modelo de desarrollo ambientalmente sostenible para la Sabana de Bogotá, tras la reciente decisión del tribunal de suspender el trámite de los lineamientos del Ministerio de Ambiente. En su intervención, Rey aseguró que, junto con los alcaldes y alcaldesas de la región, trabajarán activamente en la formulación de propuestas que garanticen la preservación de los recursos naturales, la ordenación del territorio en torno al agua y la seguridad alimentaria para las futuras generaciones.
El mandatario destacó que, en medio del proceso, es esencial encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección del medio ambiente. “Debemos definir un modelo de ocupación que no solo promueva el bienestar ambiental, sino que también respete las vocaciones productivas y fortalezca la competitividad de la región”, afirmó. Esta postura subraya el reto de integrar la conservación ecológica con el crecimiento económico de Cundinamarca.
El gobernador también hizo un llamado al Ministerio de Ambiente para establecer una metodología participativa que permita la inclusión de todos los actores locales en la toma de decisiones. “Es necesario garantizar que las propuestas que se formulen tengan en cuenta la realidad del territorio y cuenten con el respaldo de la comunidad”, explicó Rey. Esta petición refuerza la idea de que el proceso de ordenación territorial debe ser transparente y colaborativo.
La suspensión de la implementación de los lineamientos del Ministerio fue ordenada por la magistrada Nelly Villamizar, quien consideró que las entidades locales no tuvieron la oportunidad de revisar y cuestionar los documentos técnicos del proceso. Esta decisión se produjo tras una solicitud presentada el 7 de marzo por parte de los gobiernos locales, quienes argumentaron que los lineamientos afectaban de manera significativa el ordenamiento territorial de los municipios de la Sabana de Bogotá.
La propuesta del Ministerio de Ambiente, que inicialmente contemplaba la delimitación de cinco zonas de especial importancia ambiental, incluye áreas de recarga de acuíferos, bosques andinos y secos, humedales y zonas con amenazas naturales. Este plan afectaría más de 581.000 hectáreas, lo que generó una serie de preocupaciones en los gobiernos locales, que solicitaron una mayor participación en las decisiones que impactan directamente el uso del suelo y las actividades productivas en la región.
Con la suspensión temporal del trámite, se abre un espacio para el diálogo y la concertación. En este contexto, el gobierno de Cundinamarca reafirma su compromiso con una planificación ambiental que sea sostenible y consensuada. La prioridad es garantizar que las decisiones sobre el territorio no solo se basen en criterios técnicos, sino también en las necesidades sociales y productivas de los habitantes de la Sabana de Bogotá.
