La aparente facilidad para acceder a dinero en efectivo se ha convertido en una trampa para un creciente número de comerciantes en la localidad de Suba, Bogotá. La modalidad del préstamo “gota a gota” se ha disparado en la zona, atrapando a pequeños empresarios en una red de deudas impagables y exponiéndolos, incluso, a amenazas contra su vida.
Las dificultades económicas y la falta de acceso a créditos formales han llevado a muchos comerciantes a recurrir a estos prestamistas informales que, a simple vista, ofrecen soluciones rápidas y sin mayores requisitos. Sin embargo, esta modalidad esconde tasas de interés exorbitantes que, con el tiempo, se vuelven imposibles de cubrir, llevando a los deudores a una situación de extrema vulnerabilidad.
Testimonios de comerciantes afectados, quienes prefieren mantener su identidad en reserva por temor a represalias, revelan la crudeza de la situación. Los cobros se realizan a diario, con intereses que pueden superar el 20% mensual, y la presión por el pago va acompañada de constantes amenazas, intimidaciones e incluso agresiones físicas.
“Llegué a ellos por necesidad, tenía que pagar un recibo y no tenía cómo. Al principio parecía fácil, pero las cuotas se volvieron impagables y ahora vivo con miedo, amenazaron con hacerle daño a mi familia”, relató una de las víctimas, dueña de una tienda de abarrotes en la localidad.
La situación ha generado una creciente alarma entre los comerciantes de Suba, quienes piden a las autoridades locales mayor presencia y controles para frenar el accionar de estos prestamistas ilegales. Solicitan, en particular, operativos focalizados en las zonas comerciales donde se ha detectado la mayor presencia de cobradores que se movilizan, en su mayoría, en motocicleta.
“Necesitamos que la policía y la alcaldía actúen con contundencia contra estas mafias que están acabando con el comercio en nuestro barrio. Vivimos con miedo, no solo a que nos roben, sino a que atenten contra nuestras vidas por culpa de estas deudas”, manifestó el representante de una asociación de comerciantes de la zona. La problemática del “gota a gota” pone en evidencia, una vez más, la necesidad de fortalecer la inclusión financiera y facilitar el acceso a créditos formales para los pequeños empresarios, como medida para prevenir que sean víctimas de la usura y la violencia por parte de grupos criminales.
