En medio de la controversia por los resultados de las elecciones presidenciales en Venezuela, el gobierno colombiano ha suscitado una ola de críticas tras su abstención en la sesión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA). El organismo internacional había convocado a sus miembros para aprobar una resolución que pedía la publicación inmediata de las actas de votación del reciente comicio. La decisión de abstenerse ha sido interpretada por algunos sectores como un apoyo implícito a la controversia electoral.
El presidente Gustavo Petro y el canciller Luis Gilberto Murillo habían previamente abogado por un proceso electoral transparente en Venezuela, haciendo énfasis en la necesidad de un escrutinio con veeduría internacional. Sin embargo, en la votación de la OEA, Colombia, junto con Brasil y Bolivia, decidieron abstenerse. Esta postura impidió que se alcanzaran los votos necesarios para aprobar la resolución, que recibió solo 17 votos a favor frente a 11 abstenciones.
La decisión del gobierno colombiano ha desencadenado críticas severas. El expresidente Juan Manuel Santos y José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda, han calificado el voto como una “vergüenza”, sugiriendo que Colombia está legitimando un proceso electoral cuestionado. Estas críticas se suman al descontento generalizado por la aparente contradicción entre las declaraciones de los líderes colombianos y su voto en la OEA.
En defensa de la postura colombiana, el embajador ante la OEA, Luis Ernesto Vargas Silva, argumentó que el voto de abstención se debió a las declaraciones previas del secretario general de la OEA, Luis Almagro, que calificó las elecciones venezolanas de «manipulación aberrante». Vargas Silva indicó que, dado el contexto, la OEA no podía ser vista como un organismo imparcial.
Además, la Cancillería colombiana justificó la abstención señalando que Venezuela no es miembro activo de la OEA desde 2019, y por lo tanto, la OEA no era el foro adecuado para abordar estos temas. El comunicado también subrayó que algunas posiciones adoptadas por la OEA en el pasado han demostrado falta de neutralidad y respeto por la soberanía venezolana.
La controversia ha resurgido con los recientes comentarios del presidente Petro en respuesta a María Corina Machado, líder opositora venezolana. Petro afirmó que corresponde a los venezolanos resolver sus asuntos políticos sin la intervención de gobiernos extranjeros. En contraste, Nicolás Maduro ha expresado su disposición al diálogo con Colombia, mientras Luis Almagro ha anunciado su intención de solicitar a la Corte Penal Internacional el arresto de Maduro por presuntas violaciones de derechos humanos.