La inseguridad sigue siendo uno de los temas que más preocupa a los bogotanos, y en lo corrido del año, Suba se ha convertido en el foco principal de los hurtos a personas. De acuerdo con cifras oficiales, esta localidad del noroccidente de la ciudad concentra el 11% del total de robos registrados en Bogotá, con 2.195 casos reportados entre enero y febrero. La cifra alarma no solo por su magnitud, sino por el impacto que tiene en la vida cotidiana de quienes viven allí.
La situación no es exclusiva de Suba. Engativá, con 2.022 casos, y Teusaquillo, con 1.830, completan el preocupante podio de las localidades más afectadas por el hurto. En conjunto, estas tres zonas representan el 31,4% de los robos a personas en toda la ciudad. En contraste, localidades como Antonio Nariño y Usme reportan cifras mucho más bajas, lo que pone en evidencia una distribución desigual del delito en Bogotá.
Uno de los factores que más inquieta a la ciudadanía es la hora en la que ocurren estos crímenes. Según los datos recopilados, el 30% de los hurtos suceden durante la noche o la madrugada, momentos en los que la presencia policial parece ser insuficiente. Las calles oscuras, los trayectos solitarios y la falta de patrullaje constante están convirtiendo a esas franjas horarias en verdaderas trampas para los peatones.
El Concejo de Bogotá no ha sido ajeno a la creciente preocupación de los ciudadanos. Desde distintos sectores políticos, se ha levantado la voz para exigirle a la Administración Distrital un cambio urgente en la estrategia de seguridad. Se habla de replantear las acciones del Plan Integral de Seguridad y Justicia, y de garantizar una respuesta más eficaz ante el aumento de la criminalidad.
Mientras tanto, los ciudadanos de Suba viven con miedo. Ir al trabajo, regresar a casa, salir a hacer mercado o simplemente caminar por su barrio, se ha convertido en una actividad de alto riesgo. Vecinos reportan robos a plena luz del día y en zonas residenciales que antes consideraban seguras. La sensación de abandono por parte de las autoridades es cada vez mayor.
La ciudadanía espera no solo cifras, sino resultados tangibles. La pregunta que muchos se hacen es: ¿cuántos robos más deben ocurrir para que se actúe con firmeza? Suba pide soluciones, y las pide ya. Porque no se trata de estadísticas, se trata de la vida y tranquilidad de miles de personas.
