En Cundinamarca, se fortalece el apoyo a los pequeños productores agropecuarios con la firma de un convenio por $350 millones entre la Secretaría de Agricultura y Fiduagraria, representante del consorcio FAIA. Este acuerdo tiene como objetivo principal beneficiar a 1.365 productores de 73 municipios que fueron afectados por fenómenos agroclimáticos, como el fenómeno de
El convenio permitirá a los productores obtener descuentos significativos del 48.3% en insumos pecuarios y del 35% en insumos agrícolas, facilitando así la adquisición de los elementos necesarios para reactivar sus actividades productivas. Esta iniciativa forma parte de los esfuerzos del Programa FAIA del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, el cual busca apoyar a los pequeños productores mediante la cofinanciación de proyectos que promuevan la sostenibilidad y la productividad agrícola.
La presentación del programa se realizó de manera virtual ante las alcaldías municipales, donde se socializaron detalles como los requisitos de participación, fechas de inscripción, y la selección de productos autorizados en la canasta pecuaria y agrícola. Además, se discutió el modelo de cofinanciación, que incluye aportes del Departamento y los municipios para complementar el apoyo del Gobierno.
Mauricio Cruz, jefe de la Oficina Asesora de Planeación Agropecuaria, destacó que la iniciativa está alineada con los objetivos del Plan de Desarrollo Departamental 2024-2028 ‘Gobernando: más que un plan’, enfocado en la gestión del riesgo, la adaptación al cambio climático y la reactivación agropecuaria. Los 73 municipios seleccionados en esta primera fase representan áreas con alta vocación agropecuaria y necesaria
Los municipios incluidos en esta fase inicial del proyecto van desde Agua de Dios hasta Zipaquirá, a incluir una amplia gama de condiciones agroclimáticas y necesidades de desarrollo rural. Este esfuerzo conjunto busca mitigar los efectos negativos de los fenómenos climáticos extremos y fortalecer la capacidad productiva de las comunidades.
El programa no solo busca reactivar la producción agropecuaria, sino también promover la inclusión y participación activa de las comunidades locales en la gestión de sus propios recursos. A través de la distribución equitativa de insumos y el fortalecimiento de capacidades, se espera mejorar la resiliencia de los pequeños productores frente a futuros desafíos climáticos y económicos en la región.
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