La bancada de mujeres de la Junta Administradora Local de Suba emprendió un recorrido por las manzanas del cuidado y las comisarías de familia con un objetivo claro: verificar cómo está funcionando la ruta de atención para mujeres víctimas de violencia. Esta visita, realizada por todas las edilesas de la localidad, buscó mirar con sus propios ojos la situación actual y detectar posibles fallos en el sistema.
Durante la jornada, las edilesas llegaron hasta la Comisaría de Familia número cuatro, pero no lograron ser atendidas ni obtener claridad sobre cómo se activa la ruta de atención dentro de esa sede. La falta de información fue una constante que marcó la visita. A pesar de las puertas cerradas, el recorrido continuó con la esperanza de hallar espacios donde sí se brinde una atención efectiva.
En el caso de la Comisaría número tres, la situación no fue mejor. Según una de las edilesas, no se pudo acceder a información útil debido a la atención limitada por horarios no continuos. Esto representa una grave barrera para las mujeres que necesitan ayuda urgente, pues no todas pueden esperar a que llegue un turno o un día hábil para ser escuchadas.
La comitiva visitó otros puntos claves de la localidad para analizar de forma más completa el estado de la ruta de atención. Sin embargo, el balance general fue preocupante. Las funcionarias identificaron múltiples obstáculos que enfrentan las mujeres al momento de buscar protección y acompañamiento en situaciones de violencia.
Entre las fallas más alarmantes se encuentran la ausencia de comisarios en sus lugares de trabajo y la actitud de algunos funcionarios encargados de vigilar el ingreso a las comisarías. Según las edilesas, varias mujeres han denunciado ser revictimizadas por los mismos guardas que deberían facilitar su paso hacia la protección institucional.
La bancada femenina de la JAL Suba anunció que seguirá visitando espacios y elaborará un informe detallado con recomendaciones. Aseguran que no se trata de una simple visita protocolaria, sino de un llamado urgente a revisar, corregir y fortalecer un sistema que debería estar salvando vidas, no dejando puertas cerradas.
