El racionamiento de agua implementado en Bogotá para enfrentar la crisis hídrica ha dado frutos. Tras tres meses de medidas estrictas y un esfuerzo conjunto entre la ciudadanía y la administración distrital, la capital colombiana ve resultados positivos en la recuperación de sus reservas hídricas.
Desde la puesta en marcha del racionamiento el pasado 11 de abril, Bogotá ha experimentado una notable reducción en el consumo de agua, alcanzando un 11% menos en el consumo promedio diario. Este logro conjunto, impulsado por la conciencia ciudadana y las medidas implementadas, ha permitido aliviar la presión sobre el sistema de abastecimiento.
“Es un balance positivo, hemos afrontado la crisis”, afirmó el alcalde Carlos Fernando Galán, destacando que el consumo diario de agua en la ciudad se ha estabilizado en 15,81 metros cúbicos por segundo, una cifra significativamente menor a la registrada antes de la implementación del racionamiento.
El sistema Chingaza, principal fuente de abastecimiento hídrico de la capital, muestra una recuperación significativa. «Tiene hoy un porcentaje de más del 25% a cuando empezaron las medidas», celebró Galán, resaltando la efectividad del racionamiento para la recuperación de las reservas.
Con estos resultados alentadores, la Alcaldía de Bogotá anunció un importante ajuste al esquema de racionamiento. A partir de la fecha, el ciclo rotativo se extenderá de 9 a 18 días, disminuyendo la frecuencia de los cortes y brindando mayor estabilidad en el suministro a los bogotanos.
Este cambio en el esquema de racionamiento, fruto de la mejora en los indicadores hídricos de la ciudad, busca mantener un equilibrio entre el abastecimiento y la recuperación de las fuentes hídricas. Sin embargo, el alcalde hizo un llamado a la ciudadanía a no bajar la guardia y mantener las prácticas de consumo responsable para asegurar la sostenibilidad del recurso hídrico en la capital.
