Los habitantes del barrio Bilbao están al límite de la paciencia. Cada vez son más las denuncias por la presencia de ratas en los alrededores del pondaje de aguas lluvias que bordea la zona, convirtiendo la tranquilidad del sector en una constante preocupación para las familias.
Según cuentan varios vecinos, los roedores se han adueñado del lugar gracias a la acumulación de basura, escombros y vegetación que no recibe mantenimiento frecuente. “Es horrible verlos correr de un lado a otro, hasta de día salen”, relata doña Carmen, residente del sector desde hace más de diez años.
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La situación no solo incomoda, sino que también despierta temores por posibles problemas de salud pública. “Vivimos con el miedo de que muerdan a algún niño o de que traigan enfermedades. Esto ya no es solo un problema de basura, es un riesgo para todos”, comenta angustiada otra vecina.
Algunos residentes aseguran que han tratado de controlar la plaga con trampas y veneno, pero esto resulta insuficiente frente a la magnitud del problema. “Por más que uno intente, mientras el pondaje siga lleno de basura y monte, las ratas van a seguir ahí”, afirma un joven del sector.
Los vecinos también señalan que han pedido ayuda en varias ocasiones, pero las respuestas de las autoridades locales han sido lentas o poco efectivas. “Necesitamos que limpien, que fumiguen y que hagan un trabajo serio, no solo recoger unas cuantas bolsas”, reclama un comerciante del barrio.
Mientras tanto, la comunidad sigue intentando convivir con los roedores, entre la frustración y la esperanza de una solución definitiva. “No pedimos milagros, solo que nos escuchen y actúen pronto, porque ya no se puede vivir así”, concluye doña Carmen.
