Cinco conjuntos residenciales ubicados en el sector de la Avenida Boyacá con Calle 153, en la localidad de Suba, han reportado una preocupante escalada de robos cometidos por delincuentes que se movilizan en motocicletas. La comunidad, visiblemente afectada, exige la intervención inmediata de las autoridades ante una modalidad delictiva que se repite a diario y que ha puesto en jaque la tranquilidad del vecindario.
Los residentes denuncian que los asaltantes actúan con total impunidad, incluso ingresando a los andenes para sorprender a peatones y arrebatarles sus teléfonos móviles en segundos, mediante la modalidad conocida como “raponazo”. Las víctimas, muchas veces desprevenidas al salir o regresar a sus hogares, se ven completamente indefensas ante la velocidad con la que se cometen los hechos.
“Ya no nos sentimos seguros ni al salir de la portería. Estos delincuentes aparecen sin previo aviso, te quitan el celular y huyen antes de que puedas reaccionar”, relata una vecina del sector, quien por razones de seguridad prefirió no revelar su identidad.
Administradores de los conjuntos afectados han elevado su voz ante las autoridades locales y la Policía Metropolitana de Bogotá, insistiendo en la necesidad de aumentar la presencia policial en la zona, así como de implementar operativos específicos que permitan frenar esta ola de criminalidad.
“Hemos enviado comunicaciones, solicitado reuniones y pedido apoyo logístico, pero la respuesta ha sido insuficiente. La comunidad vive con temor constante y necesita acciones concretas, no promesas”, señaló el administrador de uno de los conjuntos afectados.
La situación ha generado un ambiente de constante zozobra en este sector de Suba, donde los vecinos afirman que los robos se han convertido en parte del día a día. Por ello, hacen un llamado urgente a las autoridades distritales y a la Policía Nacional para que refuercen la vigilancia, desplieguen patrullajes motorizados permanentes y diseñen una estrategia integral que permita devolver la seguridad a la comunidad.
La exigencia es clara: los habitantes quieren recuperar la tranquilidad y poder caminar por su propio barrio sin miedo. Mientras tanto, continúan organizándose como comunidad y buscan visibilizar su situación para evitar que esta problemática siga creciendo sin control.
