El 31 de marzo, Bogotá celebró la inauguración de tres nuevos puentes vehiculares en la calle 127 con avenida Boyacá y avenida El Rincón. Este avance significativo en la infraestructura de la ciudad facilitará la conexión vehicular en el noroccidente de Bogotá. Sin embargo, detrás de estos logros hay historias de esfuerzo y dedicación, como la de Javier Salas y Donaldo, dos trabajadores que estuvieron presentes desde el inicio de la obra.
Javier Salas, quien se desempeñó como brigadista de orden, aseo y limpieza, es un hombre con múltiples facetas. Además de trabajar en la construcción, es músico y pastor, y sueña con ser locutor y tener su propio restaurante. Durante la pandemia, se dedicó a la parte estructural de la obra, colocando losetas y ayudando en la construcción de parques. “El empleo siempre es una bendición, la palabra del señor dice que el que no trabaje que no coma”, comenta Javier, quien ha estado presente en cada etapa del proyecto.
Para Javier, esta obra no solo representa un trabajo, sino un sueño compartido con su esposa. “Recuerdo que cuando llegué, apenas estaban haciendo los pilotes y todo eso. Mi esposa me decía: ‘papi, te vas a enfrentar a algo grande’”. Aunque todavía tiene metas personales por cumplir, se dedica con todo a sacar adelante la obra, que ya está siendo un beneficio para toda la ciudad.
Por otro lado, Donaldo es el trabajador más antiguo en la construcción de los puentes. Su experiencia y dedicación han sido claves para que este proyecto haya llegado a su culminación. Durante la pandemia, Donaldo vivió momentos de incertidumbre, pero su compromiso nunca flaqueó. “Cuando me llamaron, me hicieron pruebas de Covid-19 y, gracias a Dios, salió negativo. Ahí el proyecto siguió adelante”, recuerda con orgullo.
Donaldo se ha destacado como uno de los mejores brigadistas de la obra, encargado del orden, aseo y limpieza, y trabajando codo a codo con más de 600 compañeros. A lo largo de su trayectoria, ha visto cómo esta obra fue transformándose hasta convertirse en un gran proyecto que beneficiará a miles de bogotanos. “Estoy muy encantado con este proyecto porque muchas personas se van a beneficiar con ello”, afirma con una sonrisa, viendo hoy el fruto de su esfuerzo.
Estos dos hombres, cada uno con sus historias y sueños, han sido fundamentales para la construcción de los puentes en la Av. El Rincón. Gracias a su dedicación y trabajo incansable, Bogotá ahora cuenta con una infraestructura que mejorará la movilidad y calidad de vida de sus habitantes. Sin duda, ellos son un ejemplo de cómo el esfuerzo diario y la pasión por lo que se hace pueden transformar una ciudad.
