Con una inversión que supera los $389 millones, la Gobernación de Cundinamarca, a través de la Secretaría de Bienestar Verde, está dando un paso firme hacia un modelo más sostenible de gestión de residuos sólidos. Los municipios de Paime, Junín, Fúquene, Tocaima y Puerto Salgar serán los beneficiarios de esta apuesta ambiental, que busca no solo mejorar la recolección y tratamiento de residuos, sino también fortalecer el trabajo comunitario y la educación ambiental.
Esta iniciativa se consolidó mediante convenios interadministrativos con cada uno de los municipios, lo que permitirá implementar acciones concretas como la separación de residuos desde su origen, el aprovechamiento de materiales reciclables y orgánicos, y una serie de talleres dirigidos a la ciudadanía. El objetivo es claro: reducir la cantidad de basura que termina en los rellenos sanitarios y fomentar una cultura ambiental más responsable.
“Seguimos trabajando en esa apuesta de fortalecer y dignificar la labor de los recuperadores, pero también de la mano de los municipios, implementando los planes de gestión integral de residuos sólidos”, explicó Diego Leandro Cárdenas Chala, secretario de Bienestar Verde. Además, reafirmó que esta estrategia forma parte del compromiso del departamento con la sostenibilidad y la adaptación al cambio climático.
El presupuesto total se distribuirá entre los cinco municipios de manera proporcional: Paime recibirá cerca de $49,7 millones, Junín $43 millones, Fúquene $103 millones, Tocaima $63 millones y Puerto Salgar, que lidera el listado, contará con $130,4 millones. Esta asignación responde a las necesidades específicas de cada localidad y a su capacidad de ejecución de los proyectos.
Con estos recursos, se dotará a los municipios de equipos clave como motocargueros, contenedores, básculas, composteras y elementos de protección personal. Estos insumos no solo facilitan el manejo adecuado de los residuos, sino que también mejoran las condiciones de trabajo de quienes están al frente de esta labor muchas veces invisible, pero fundamental.
Por último, el componente educativo será crucial. Las comunidades participarán en capacitaciones sobre compostaje, uso del código de colores para la separación de residuos y tecnologías de tratamiento. Esta inversión hace parte del Plan de Desarrollo 2024–2027 “Gobernando: más que un plan” y marca un avance importante hacia una gestión ambiental más eficiente y participativa en Cundinamarca.
