La relación entre el maltrato animal y las violencias contra las mujeres ya está identificada, se llama violencias interrelacionadas y es ejercida en un 87% por los hombres.
En el marco de la Feria del Libro fueron presentados los resultados de una de las más recientes investigaciones del Observatorio de Mujer y Equidad de Género de la Secretaría Distrital de la Mujer.
Se trata del estudio, Violencias interrelacionadas: una caracterización del vínculo entre las violencias basadas en género y las violencias hacia los animales en Bogotá. Esta robusta investigación, hecha en el marco de una alianza interinstitucional con el Observatorio de Protección y Bienestar Animal del IDPYBA, permitió comprender y cuantificar la forma en la que se manifiestan, en Bogotá, las dinámicas de violencia en las familias multi especie, arrojando una conclusión central: el maltrato animal es una bandera roja.
“Para la ciudad este es un tema muy importante que quiero resumir de la siguiente manera: estamos visualizando tres grandes frentes: primero, estamos reconociendo la problemática. Este estudio nos está diciendo puntualmente que en Bogotá hay violencias interrelacionadas. Reconocida, podemos saber cómo actuar. Lo segundo es que, si tenemos claro el fenómeno y los hallazgos, podemos tener la posibilidad de prevenirlas; Y, tercero, ya podemos preguntarnos: ¿Qué hacer y cómo podemos actuar como institucionalidad en contra de estas violencias interrelacionadas? ¿Cómo podemos fortalecer las rutas de atención? Tener el panorama completo nos permite tomar decisiones y estar más activas y alertas, y no desde la institucionalidad sino desde la sociedad también”, indicó, en el marco de este conversatorio, la Subsecretaria de Fortalecimiento de Capacidades y Oportunidades, Juliana Cortés Guerra.
Toda la muestra de esta investigación se tomó de la Línea Púrpura Distrital, de la Estrategia de hospitales, de las Duplas de atención psicosocial y de la Casa de Todas de la Secretaría Distrital de la Mujer, y a través del uso de ocho filtros como “gato”, “perro” y “mascota”, de 5.086 registros se sacó una muestra representativa de 1.000 casos, de los cuales se obtuvieron seis hallazgos.
Las violencias interrelacionadas
Las violencias interrelacionadas son aquellas situaciones donde convergen la violencia contra los animales y las violencias basadas en género. Esta convergencia no es casual ni aislada, sino es una forma de violencia que puede manifestarse a través de la otra. Por ejemplo, la violencia hacia los animales puede ocurrir mediante el maltrato a sus cuidadoras, o la violencia hacia las cuidadoras puede manifestarse a través del maltrato a sus animales de compañía, incluso separándolas de ellos.
En orden de frecuencia en Bogotá se identificaron la violencia múltiple (29%), la violencia contra las mujeres en el marco del trabajo de cuidado de un animal (26%), la violencia vicaria incluyendo a los animales de compañía como dependientes (11%) y otras como la violencia por chantaje (6%), por obediencia (4%) y por negligencia (4%).
Los seis hallazgos de esta investigación
Hallazgo 1: En Bogotá existen casos de violencias Interrelacionadas. El 31% de las atenciones realizadas por la Secretaría de la Mujer en donde se mencionan animales de compañía, corresponden a este tipo de violencia. De dichos casos, el 48% de las víctimas son mujeres entre los 20 y los 34 años, y las localidades de mayor recurrencia son Suba, Kennedy y Ciudad Bolívar.
Hallazgo 2: Los hombres son los agresores más recurrentes representando el 87% de los casos. Quienes más ejercen esta violencia son las parejas (40%), seguida por las exparejas (27%). Solo el 5% de las mujeres ejerce este tipo de violencia, sobre todo vecinas (41%) y madres (17%).
Hallazgo 3: La violencia física es el tipo de violencia contra las mujeres más recurrente en el marco de escenarios de violencias interrelacionadas con el 61% de los casos. La siguen la violencia psicológica (55%); la violencia económica (16%); la violencia patrimonial (14%) y la violencia sexual (10%).
Hallazgo 4: El maltrato físico es el tipo de violencia contra los animales más recurrente en el marco de escenarios de violencias interrelacionadas con el 45% de los casos. A esta le siguen la retención del animal (20%), su tenencia violenta (10%), el asesinato del animal (9%), la negligencia con el animal (8%), su abandono (6%), y el abuso sexual, la desaparición y la explotación reproductiva del animal con un 1% cada una de estas categorías.
Hallazgo 5: Los detonantes más recurrentes de las situaciones de violencias interrelacionadas son el cuidado directo e indirecto del animal con un 29%, seguido de celos y control y de infundir miedo con un 25% cada uno. Le siguen la terminación de la relación (23%), la ira (18%), interpelar al agresor (18%), acoso o abuso (8%) y discriminación por Orientaciones sexuales e identidades de género diversas (3%).
Hallazgo 6: Se encontraron 28 agravantes para las situaciones de violencias interrelacionadas, de los cuales los más recurrentes son el consumo de alcohol o sustancias psicoactivas del agresor (29,4%). Le siguen las afectaciones a la salud mental de la víctima (18,1%), las amenazas de muerte contra las mujeres (16,2%), las prácticas de hostigamiento (15,2%) y las amenazas de muerte contra los animales (13,7%), entre otros.
“En el marco de esta investigación, leímos el testimonio de una mujer que decía que si ella hubiera entendido que el hecho de que él maltratara a su animal de compañía sería un aviso de lo que le haría después, ella se habría ido antes. En los termómetros de violencia de género, la violencia contra otros seres no está contemplada y es un aviso y una alerta muy clara. La normalización de la violencia al interior del hogar es una alerta”, indicó Daniela Mahé, una de las dos investigadoras detrás de este estudio.
Que en un hogar ocurra una u otra de estas formas de maltrato advierte sobre la normalización de la crueldad en los espacios cotidianos, y debe ser leído como una bandera roja.
