En el barrio Berlín de la localidad de Suba, se vivió una jornada llena de solidaridad y compromiso social. En alianza con la gestora social Lissette Reina y la Fundación Sin Hambre, se entregaron más de 1000 raciones de carne de cerdo a familias del sector. La actividad tuvo lugar en la Junta de Acción Comunal, con el apoyo de líderes comunitarios como Gustavo Páez.
Cada familia recibió 2 kilogramos de carne, gestionada con esfuerzo desde una granja del Meta. Más allá del alimento, la jornada buscó enviar un mensaje claro: ayudar cuando realmente se necesita, sin intereses políticos de por medio. “El hambre no espera elecciones, ni discursos. El hambre se cura con acciones”, expresó uno de los organizadores con firmeza.
La iniciativa hace parte de una serie de entregas que se extenderán a otros sectores de la localidad. Lissette Reina, quien ha liderado durante años el programa Tocancipá sin Hambre, fue clave en esta alianza. “Lo que se hace con el corazón, llega más lejos. Hoy estamos aquí porque la comunidad de Suba también merece sentirse cuidada y tenida en cuenta”, comentó emocionada.
El objetivo es claro: aliviar el hambre en hogares que atraviesan situaciones difíciles. “No se puede trabajar ni estudiar con el estómago vacío. Un huevo, un pedazo de carne, eso ya marca la diferencia”, resaltaron los voluntarios mientras entregaban las bolsas con cariño y respeto. La fila de vecinos, organizada y agradecida, era el reflejo de una comunidad unida por el bienestar colectivo.
Gustavo Páez, líder del sector, agradeció a todos los que se sumaron a esta causa. “Esto no es caridad, es dignidad. Ayudar sin esperar nada a cambio, sin colores políticos ni promesas vacías, es lo que verdaderamente construye comunidad”, afirmó. Su voz, al igual que la de muchos, resuena como un llamado a la acción constante.
Con jornadas como esta, Suba demuestra que la solidaridad no tiene temporada. La carne de cerdo, más que un alimento, se convirtió en un símbolo de esperanza. Como dijeron varios asistentes al final del evento: “Hoy no solo nos llevamos comida a casa, nos llevamos también el calor de sabernos acompañados.”
