Sabores, saberes y sonrisas: Suba celebró a sus mayores con el Festival de la Alegría

Sabores, saberes y sonrisas: Suba celebró a sus mayores con el Festival de la Alegría

El pasado domingo, el corazón de Suba latió al ritmo de la tradición y la alegría en la quinta edición del Festival de la Alegría, un evento que reunió a personas de todas las edades para rendir homenaje a la experiencia, la cultura y la memoria viva de nuestros mayores. A pesar del clima variable, el ambiente fue cálido, acogedor y lleno de vida.

Desde las primeras horas de la mañana, familias enteras se acercaron al lugar para disfrutar de una jornada cargada de juegos tradicionales, danzas folclóricas y un sinfín de actividades que conectaron a los más jóvenes con las raíces culturales de la localidad. Los aplausos no faltaron para los grupos de adultos mayores que con orgullo mostraron su talento en la tarima.

Uno de los momentos más emotivos fue ver a abuelas y abuelos enseñando juegos de su infancia a los niños, mientras compartían risas y anécdotas. Entre canicas, rayuela y trompos, se vivió una conexión real entre generaciones que muchas veces no se da en la rutina del día a día.

También hubo espacio para la música: grupos locales y solistas hicieron vibrar al público con presentaciones que incluyeron tanto ritmos tradicionales colombianos como sonidos internacionales. Fue un verdadero viaje musical que demostró que la edad no es un límite para el arte y la expresión.

Los emprendimientos también tuvieron un papel importante en esta jornada. Artesanías, productos naturales y alimentos preparados con recetas tradicionales estuvieron al alcance de todos, en un espacio que permitió a muchos mayores mostrar que su creatividad y empuje siguen más vivos que nunca.

Charlas sobre salud mental, autocuidado y la importancia de preservar los saberes ancestrales cerraron con broche de oro un festival que no solo fue una fiesta, sino una oportunidad para mirar con respeto y gratitud a quienes han construido los cimientos de nuestra comunidad. El Festival de la Alegría no solo hizo honor a su nombre: dejó huella en el corazón de Suba.

By Yenifer Ardila

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