Los residentes de los barrios Santa Rita y Villa Cindy, al noroccidente de Bogotá, están cansados de la situación que viven a diario en la ronda del río Bogotá. Denuncian que el lugar, que podría ser un espacio verde y seguro para la comunidad, se ha convertido en un foco de inseguridad y acumulación de basura relacionada con la actividad informal de recicladores que operan en la zona.
Según los vecinos, los recicladores han instalado cambuches improvisados donde acumulan material, lo que genera malos olores, presencia de roedores y un ambiente poco saludable. Además, aseguran que en las noches se presentan situaciones de consumo de drogas y riñas, lo que hace que muchos prefieran no transitar por el sector, especialmente después de las seis de la tarde.
“Esto ya no es solo un problema ambiental, también lo es de seguridad. Aquí ya no se puede caminar tranquilo, y menos dejar salir a los niños”, comenta Ana Milena Rojas, habitante de Villa Cindy desde hace más de 15 años. Ella, como otros vecinos, ha alertado en varias ocasiones a las autoridades, pero asegura que las respuestas son insuficientes o simplemente no llegan.
La ronda del río, que debería ser un corredor ecológico protegido, se ve hoy invadida por residuos plásticos, cartones, latas y escombros que no solo afectan el paisaje, sino que también representan un riesgo para el ecosistema y la salud pública. A esto se suma el temor constante de robos, pues se han registrado varios casos de atracos a personas que intentaban cruzar el lugar.
Aunque se reconoce la labor de los recicladores en la cadena del manejo de residuos, los vecinos piden que se garantice su reubicación en condiciones dignas y seguras, sin afectar a la comunidad. “Aquí nadie está en contra del reciclaje, pero sí necesitamos orden. No puede ser que tengamos que vivir entre basura y miedo”, expresó Jorge Romero, líder comunal del sector.
Hasta ahora, la comunidad ha enviado derechos de petición y espera respuestas concretas por parte de la Alcaldía Local y la UAESP. Piden mayor presencia institucional, limpieza permanente y, sobre todo, una solución estructural que permita recuperar la zona para el disfrute de todos. Mientras tanto, la ronda del río sigue siendo, para ellos, un espacio olvidado.
