Ventas informales en Suba crecen y generan problemas en el espacio público

Ventas informales en Suba crecen y generan problemas en el espacio público

Los vecinos de Suba están alzando la voz por una creciente preocupación: las ventas informales en los alrededores del Centro Comercial Subazar, el Centro Suba y la alcaldía local están desbordando los límites. Lo que comenzó como una serie de pequeños puestos se ha convertido en un fenómeno que afecta la calidad de vida en el área. La expansión de estos comercios no regulados está causando estragos en el espacio público y sumando problemas de inseguridad.

A diario, los transeúntes se enfrentan a una escena que parece salir de una novela urbana: calles abarrotadas de vendedores informales que ocupan cada rincón disponible. Esta saturación ha llevado a la reducción de aceras y ha hecho que caminar por estas zonas se convierta en un desafío constante. Los vecinos se sienten atrapados entre el comercio desbordado y la pérdida de su espacio público.

La presencia de estos vendedores no solo está afectando la movilidad, sino también la seguridad. La falta de control y regulación ha abierto la puerta a situaciones de riesgo, con robos y altercados que se han vuelto más comunes. La acumulación de mercancías y personas en áreas reducidas ha creado un ambiente propenso a incidentes, generando un sentimiento generalizado de inseguridad.

La alcaldía local ha recibido numerosas quejas, pero hasta ahora no se han implementado medidas efectivas para manejar la situación. La falta de una estrategia clara para regular las ventas informales ha dejado a la comunidad frustrada y preocupada. Los vecinos esperan que las autoridades actúen de manera decisiva para restaurar el orden y asegurar la tranquilidad en sus calles.

Algunos residentes han propuesto soluciones como la creación de zonas específicas para estos vendedores, con permisos y regulaciones adecuadas. También sugieren un aumento en la vigilancia policial para mantener el orden y prevenir situaciones de riesgo. La colaboración entre los vecinos y las autoridades parece ser una pieza clave para abordar el problema de manera efectiva.

Mientras tanto, Suba continúa lidiando con el desafío de equilibrar la actividad comercial y el bienestar de su comunidad. La presión está en las autoridades para que tomen acciones concretas y ayuden a restaurar el orden en las calles, permitiendo que el espacio público vuelva a ser un lugar seguro y accesible para todos.

By Yenifer Ardila

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