El presidente de Colombia, Gustavo Petro, utilizó su plataforma en la Cuarta Conferencia sobre Financiación al Desarrollo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Sevilla para lanzar una contundente denuncia: existe una “agenda postiza” que ha desviado la atención de los problemas más apremiantes que enfrenta la humanidad. Según el mandatario, mientras el mundo se encamina hacia la extinción, la discusión ha sido secuestrada por temas de guerra y conflicto, ignorando las verdaderas amenazas.
La humanidad al borde: Petro critica la obsesión por la guerra y la ceguera ante el genocidio
«Nos pusieron otra a discutir, llena de bombas, de genocidio, genocidio sobre Gaza, bombas sobre Irán, bombas sobre Israel, guerra en Ucrania, guerra en Rusia, guerra por el gas, guerra por el petróleo, guerra porque el poder del mundo pueda seguir dominando a la humanidad», sentenció Petro, evidenciando su frustración ante la priorización de conflictos bélicos sobre la supervivencia misma de la especie.
El presidente colombiano cuestionó enérgicamente esta distracción, haciendo una comparación directa con uno de los capítulos más oscuros de la historia. «¿Por qué en vez de estar discutiendo lo que pueda acabar con la humanidad, estamos discutiendo sobre las guerras y ocultando la existencia del genocidio? Hoy ya no tenemos la excusa de no conocerlo, como sí había esa excusa cuando Hitler desató el genocidio sobre el pueblo judío y sobre otros pueblos», afirmó, subrayando la responsabilidad colectiva en el conocimiento y la acción frente a las atrocidades actuales.
Petro recordó que, en diversos escenarios internacionales y multilaterales, ha intentado persistentemente recentrar la agenda global en los problemas prioritarios. Para él, estos son aquellos con «el potencial de destrucción de la vida y de la humanidad». En un llamado a la urgencia, enfatizó que una humanidad que, según la ciencia, está a punto de extinguirse en cuestión de décadas, no puede darse el lujo de ignorar los problemas que amenazan su existencia en el planeta. El mandatario colombiano desglosó los dos problemas principales que, a su juicio, tienen a la humanidad al borde de la extinción.
La primera gran amenaza es la crisis climática.
Petro señaló la paradoja de haber realizado «innumerables COP», con la próxima que se espera sea la número 30 en Brasil, sumada a la Conferencia de Biodiversidad (COP16) realizada en Cali, Colombia. A pesar de estas 30 reuniones de jefes de Estado mundiales, el presidente lamentó la falta de un plan concreto para mitigar el cambio climático. «Dije alguna vez, un plan Marshall, por la magnitud de recursos que hay que invertir para que podamos salvar esa vida. De eso no se ha vuelto a discutir en los últimos meses», aseguró, evidenciando una estancada voluntad política global.
Petro no pasó por alto la ausencia de actores clave en la Conferencia de Sevilla, como Estados Unidos y la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva. No obstante, propuso una articulación de fuerzas más allá de los Estados-nación. «Aquí estamos muchos pueblos interesados en no morir, en no extinguirnos, en mitigar la crisis climática y adaptarnos. Pues hay que articular las reuniones de representantes de estados, naciones, reyes, monarcas, presidentes elegidos democráticamente, primeros ministros, etcétera, con reuniones que convoquen a las fuerzas sociales vitales de la humanidad», planteó.
El presidente abogó por «encuentros entre pueblos, no solo entre Estados; encuentro entre obreros, no solo entre Estados; encuentro de campesinos, no solo de Estados; Encuentro de mujeres por continentes, no solo de Estados; encuentro de jóvenes, no solo de Estados». Su visión apunta a la construcción de un «nuevo sujeto histórico, la humanidad», pues considera que los Estados-naciones están «a punto de perecer en el intento de ser eficaces, asumiendo la verdadera agenda mundial de la humanidad». «Es la hora de los pueblos, es la hora de las calles, es la hora de poner la transformación económica y social de cara a la vida y de cara a la humanidad», enfatizó.
La segunda amenaza existencial, según Petro, es la Inteligencia Artificial (IA).
El presidente describió la IA como «el acumulado digitalizado del pensamiento humano en la historia y actual». De manera poética y crítica, aseguró que «en vez de decirle nube, deberíamos decirle sangre, porque no está en el cielo, sino que va por debajo de la tierra, a través de cañerías, por debajo del mar, en la red mundial de la fibra óptica».
El quid del problema, según Petro, radica en saber «de quién es la sangre. Si de cinco megamillonarios que se han apropiado a través de redes de la información, de los bits que hoy constituyen el pensamiento humano colectivo o de la humanidad como un bien común». Ante esta circunstancia, el jefe de Estado colombiano propuso la construcción de “un tratado internacional multilateral para regular el mercado de la Inteligencia Artificial y no permitir que los propietarios de la sangre, de la información, controlen a la humanidad, sino que la humanidad pueda controlar la Inteligencia Artificial».
Petro concluyó su intervención con una sombría advertencia sobre el futuro. «En el primer caso [la crisis climática] puede morir la humanidad físicamente. En el segundo [la IA], según Stephen Hawking, el físico, puede morir también la humanidad, porque no distingue entre realidad y virtualidad y se acaba la esencia humana de nuestra especie». El mensaje del presidente colombiano en la ONU es un llamado urgente a reevaluar las prioridades globales y actuar de manera decisiva ante las amenazas que ponen en riesgo la continuidad de la vida en el planeta.
